viernes, abril 13, 2007

Carta a una Muerte Inesperada


Un día en que pasaron muchas cosas. Un día completo, y trágico. Inesperadamente, por lo menos para mi recibí la noticia, "¿Qué por qué no hay clases mañana? La escuela va a estar cerrada por duelo. Falleció Nidia Boerio. "

Profesora de dibujo técnico, me fue algo indiferente en vida (exepto en pequeños conflictos de intereses; ella quería una buena lámina, y yo quería una buena nota, y así... ), pero no en la muerte, al menos el día de hoy. Todavía me parece verla caminar apurada por los grandes pasillos del Naval, con sus anteojos que no ocultaban su mirada nerviosa, su amplio pero al parecer ágil cuerpo, y su voz aguda con un acento quizá riojano. Recuerdo que nos bajaba la nota con -1 cuando nos portábamos mal, definitivamente nos trataba un poco como niños.

Pero en esos momentos no conocía (ni me interesaba conocer) el mal que tal vez ya habitaba en su pecho; en quienes se van, uno olvida rápidamente nuestras emociones con respecto a él sino lo conocíamos mucho, pero enaltecemos su lado humano. Ahora que ya no lo es más, la imagino mucho más como persona, quizá simplemente porque dediqué unos minutos a recordarla, pero a través de sus ojos (que recuerdo, negros y acuosos) me parece adivinar emociones, luchas interiores, miles de ideas bulliendo en su alma, expresándolo sólo con el rápido movimiento de sus ojos y su voz de barítono.

Poco a poco sus huellas en el mundo se irán fundiendo con la tierra en que fueron moldeadas, en la memoria de la gente y la obra física que dejó. Hace poco tiré varios cuadernos de caligrafía de años anteriores, pero no se por qué guardé uno . ¿Quién sabe? Cuando yo sea también otra estrella en el cielo, y el camino que trazé sea diezmado por la erosión del tiempo, que tiende a deshacer, inexorable, todo por lo que el ser humano individual ha luchado, construído y soñado en vida, en algún armario antigüo, dentro de una bolsa que me figuro llena de apuntes de secundaria cristalizados en el tiempo, porque hablan de una forma que ya no se usará, porque el aprendizaje está en hacer los apuntes y no en estudiarlos y por eso nadié los leerá jamás, quizá en esa bolsa, un viejo cuaderno IRAM o alguna lámina en perspectiva isométrica con muchas líneas de cota, o quizá el plano de la casa que hicimos en 3ro, un nombre espere en letargo a que alguien que conoció a su portadora pueda devolverla a la vida en su conciencia aunque sea por un fugaz y mezquino instante.

1 comentario:

cachalfa dijo...

Muchacho, me has dado una triste noticia con tu crónica sobre la muerte de tu profesora. Aunque ya hace años ahora me entero de esa pérdida. Noia ( Nidia ) fue una luchadora en el campo gremial en los dificiles momentos antes de la democracia. Detrás de esos ojitos inquietos, había una mujer habría fijado su rol social formando pibes como vos. Se que tenía una familia con una hija. Un abrazo y mis cariños a todos los que la querían.
Mis cariños y y amiga de otros tiempos, luchadora